
Los acontecimientos en los Estados Unidos están ejerciendo presión sobre una de las democracias más consolidadas del mundo, mientras el espectro de una dictadura global se eleva en el horizonte.
Desde la censura mediática a Trump, y no solo a él, la ley mordaza Zan-Scalfarotto en Italia, las imposiciones gubernamentales por cuenta de la emergencia sanitaria, parece que estamos entrando en un nuevo paradigma histórico, en el que la izquierda se quita la máscara liberal y sonriente para asumir su verdadero rostro: el de una bestia enojada.